Historias del bichero

eres como un pequeño escarabajo
deslizante
córneo y brillante especimen furtivo
libador
invencible
con el carapacho dibujado de gotas 
y pelícanos desterrados
para que puedas cubrir
en vuelo
todos los horizontes de las sábanas

viajas de mi mente a mis muslos
con tu patas tenaces
y sutiles
cosquilleando en medio del silencio
lo que tu lengua roza
y trazas surcos de cantaridina
y de almendras amargas
entre el dolor y el goce

escarabajo egipcio 
mordisco quitinoso de mi boca
como todos los dioses
te haces hombre en el ámame

Poemas de a-parcando

a veces danzo, si, como un barquito
que enfrenta una corriente prodigiosa
dentro del Mar de la Serenidad


tengo los ojos puestos en cosas diminutas
como podría ser una sonrisa
un gracias
o un te quiero
que se olvidó la gente en el armario


danzo, no creas, 
he sido bailarina del resto de mis días 
desde que pude pararme de puntillas
a espiar el futuro


tengo buena pirouette
y mi piqué passé es insuperable
pero a veces
( o siempre, mejor dicho)
soy una danza rogativa al dios del trueno


algún día me verá en el barro
pidiéndole que escampe el aguacero
encima de Macondo

Boca prójima



La ética es una medida disciplinaria 
Posthomo - Gavrí Akhenazi 

la luz ha dibujado un animal en llamas
con mis pupilas dulces
y disgregó el paisaje en que se muele el día
como si un huracán
precipitando fuegos desde el cosmos
fuera a borrar la vida entre mis labios

me recojo en un hueco
con tres espinas verdes
que clavarle al dragón de los insomnios
para robar de nuevo su corazón sagrado

aspiro a convivir con el presente
amansar los castigos
derrotar los eclipses
y dibujar un rondel con muchos sueños

estoy de paso
como buena amazona entre lo indómito
por predicar nomás
algún desajustado mandamiento

Tuve un lobo una vez

Tuve un lobo una vez que se llamaba Piotr

Pequeño, diminuto, ínfimo bífido
emasculado y frágil
con la lengüita rastrera de cultismos
y la vergüenza idiota de los débiles.

Cobarde menesteroso sin consuelo ni agallas
empobrecido
cianótico inquilino de un viento de cadáveres
que te aletarga la impávida inconsciencia

¿o será inconsistencia?

Quejoso lloriquero
cloqueador de la dignidad turbia
incapaz de algún acto de heroísmo
más alto que la queja.

Francotirador amasado con muchas estupideces rococoicas
sórdido esperpento que huye a donde no te alcancen los reclamos
cobarde del me escondo y grito desde lejos
lo que no puedo enfrentar ni usando Viagra.

Miniatura deforme de un gentilhombre estéril
impostación estólida de un gentleman
inmoral de los miedos
pobre bicho que repta entre las piedras
magro de espíritu
Débil
Débil
Débil

Mi verdeygris te mira solaparte
y sonríe.

III

¿Vas a venderme la tragedia roja
de tu boca de pulpo
y de tus mil tentáculos de acariciar
las nalgas de las flores de la huerta?

¿Vas a regalarme esa ebriedad de lujo
que te da el allá y el acullá
de todas las veredas con polleras
debajo de las que sueñas transitar demente?

Vengo al bar con mi vino y con mi copa
en forma de "zapatito cenicienta"
a ver a este galán
que arrumaquea truenos y trigales
borracho de mujeres añoradas
desnudo de poetas
tan poeta
que resulta pródigamente mágico.

Un bichito indeleble que se queda
dentro del ojo de todas las palabras.

Chin-chin
"por la alucinería de la vida
en que sos el de todas"
te ofrece esta ninguna.

II

quien no sea una inexactitud
que levante la mano
pase al frente
y vuelva el mundo al eje

todos mis pájaros cantan en la sombra
y vuelan bajo el agua
y los graffitis señalan las esquinas
donde no habrá web cam
sino manzanas

de rosa tengo poco
pero este era un color muy disponible
a la hora de la guerra

me criaron los perros
no sé si soy mujer o nací piedra
- en todo caso las dos son femeninas -

pero todos los días
implosiono ciclones veraniegos
grito por los silencios ocurrentes
trajino sobre el hambre el pan y la memoria

también escribo versos cuando puedo

Nunca fuimos glamour

Nunca fuimos glamour.
Era otra cosa la ruta de los ojos
y el camino
era una cruz de pájaros y harina
un árbol de algarroba
un ronco atardecer de ranas húmedas.

Yo llegué a la ciudad
como un paisaje en que el silencio ocurre
igual que ocurre el sol
o el agua ocurre

era toda tardía y aromática
como gotas de leche en el primer ordeñe

Yo llegué a la ciudad
con el glamour mestizo de los polvos
y la frecuencia exacta
de aprender a mirar lo que acontece.

Porque la vida es eso
el instante en el tiempo de vernos arrasados
y aún
poder mantener los ojos en las frondas.

Concéntrico de tí

para acercarte a mí (que estoy tan lejos)
hace falta algo más que un ramo de palabras
y un trago de cerveza
bajo un hilo de sol cuando atardece

efímero lo mismo que una sombra de nube
impecable y concéntrico
igual que una voluta que se extingue
en el sabor cautivo del tabaco
el aire de mi cuerpo te desarma

siempre queda de vos un rastro ajeno
un rastro de otra piel
un rastro anónimo que rasga lo nocturno
con las voces de un gato

siempre queda de vos lo que no sos
lo que no das
la imagen en los otros espejos
de la Casa de Espejos en un parque
con la luz apagada
y una música gris de organillero

para acercarte a mí
el tiempo se te escurre por las ganas
de repatriar caderas
en las que reclinar tu último acorde
de contrabajo excéntrico

por eso
siempre lejos de tu lejana ausencia
te miro divagando
igual que un marinero o un Holandés Errante
a la deriva
de la página llena de lo que nunca es tuyo

entonces
regreso a mis violetas y a mis mentas
como si me ocultara
libro adentro