No tengo otros principios, tengo estos
y no negocio mis fidelidades
ni en la vidriera de las vanidades
me vendo a los denarios deshonestos.
Escucho atentamente a los supuestos
mercaderes que alteran las verdades
y pongo en pie de fe mis lealtades
para hablar el idioma de los gestos.
Al sol que más calienta no me sumo.
Si me buscan, soy perra que pelea
y más difícil que la rima en "ipios".
No ando por allí vendiendo humo
ni cambio al ritmo del calzón, la idea.
Así que no. No tengo otros principios.
Me encantó el soneto. No puedo evitar decírtelo pues no callo ante el mérito ajeno. Pues eso.
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