Contrapostura
Me sigues, claridad, a todas partes
dorándome los bordes
como si fuera un pan recién horneado
desmigado en las mesas
olvidador del hambre.
Me sigues, claridad, como una espiga
de la luz de diciembre
perfumada de lluvias en mi trigo sonoro,
tela de araña clara que me envuelve
repitiendo su vértigo concéntrico.
Me sigues claridad, como una gota
de mis lagos del alma
mojadora de todos mis papeles
del hábito de vida de mis ojos
de esta ancha sonrisa fascinada
por el doliente acto de vivir.
Me sigues, claridad, cascabelera
como una fiesta patronal antigua
con tu disfraz de sol sobre la sombra
y tu candela alzada
y tu arcoíris.
Le respondo a tu nombre con mi sino
de no entregarme nunca a los "no puedo"
y rearmo tus formas en mis manos
como un puzzle de espejos prodigiosos.
Estallo en el umbral del imposible
como un fénix de frutas nacaradas
y lloro luz a veces
cuando venzo
en los charcos con luna a la ancha noche.
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No puede ser más intenso emocionalmente.
ResponderEliminarSe palpa la madurez del pensamiento guerrero de una mujer ante la vida, en todo su esplendor.
Hondura y belleza, China, de la mano.
Por lo menos no se dirá de mí que no se sacó la pena de la boca y se la pasó llorando por los rincones cada vez que puso una letra en un papel.
ResponderEliminarLo mejor que se puede hacer con la vida es vivirla y eso nos va a llevar al aprendizaje.
Besoooooooooooootes
Quedé muy atrapada por tantas imágenes, y me forjé una historia, porque no soy poeta y entonces me abandono a las sensaciones que me dejan que, pobablemente, no tengan demasiado que ver con lo que quiso decir el poeta. Disfruto de la tuya y me anclo en esa claridad que te sigue a todas partes y que es la que irradias en cada verso, como ese fénix que vuelve a emerger sin miedo a la derrota.
ResponderEliminarFelicitaciones bella muchacha y un abrazo.
Para eso está la literatura, creo yo. Para que el lector coparticipe con su imaginación en lo que lee.
ResponderEliminarQue bueno saber que te gustó.
Besotes y bienvenida
«venzo
ResponderEliminaren los charcos con luna a la ancha noche.»
Si tuviera coraje... me tatuaría esos versos en mi bronceada y anchurosa calva.
Hasta tanto, evalúo con seriedad y codicia
robártelos.
Abrazo, Lucinha.
don Oscar
Jajajajaja. Qué lindo verlo, don Oscar, hombre lindo.
ResponderEliminarMe los va a tener que pagar en zamba, así que vaya practicando muuuuuuuuuuuucho.
Besoooooooootes
Claridad de pan, espiga , gota, alegre. Fuerza del poema que puede. Un saludo
ResponderEliminarHolis John. Gracias por tu comentario y por la visita.
ResponderEliminarVoy a visitarte a ver qué onda.
Besote