¿Vas a venderme la tragedia roja
de tu boca de pulpo
y de tus mil tentáculos de acariciar
las nalgas de las flores de la huerta?
¿Vas a regalarme esa ebriedad de lujo
que te da el allá y el acullá
de todas las veredas con polleras
debajo de las que sueñas transitar demente?
Vengo al bar con mi vino y con mi copa
en forma de "zapatito cenicienta"
a ver a este galán
que arrumaquea truenos y trigales
borracho de mujeres añoradas
desnudo de poetas
tan poeta
que resulta pródigamente mágico.
Un bichito indeleble que se queda
dentro del ojo de todas las palabras.
Chin-chin
"por la alucinería de la vida
en que sos el de todas"
te ofrece esta ninguna.
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