Réplica de silencio

 


Me gustaba tu idioma.

Era un idioma ágil de “al pan pan”

sin divagues de ausencia cuando hablabas.

 

Leía a alguien real, de carne y hueso.

Leía a alguien sencillo de entender.

Leía a alguien,

no a una figuración, no a un espejismo.

 

Alguien

que se hacía preguntas

y yo me preguntaba

si quien iba a tu lado

no te explicaba lo que preguntabas

o si conocías las respuestas

y preguntabas para divertirte.

 

Me inclino a pensar en lo segundo.

 

Las diversiones no tienen forma fija

y cada uno adopta la que va con su estampa.

 

Luego de divertido, se retira

como dejando el circo

en que su mano desapareció magos,

mató a los trapecistas,

y robó los payasos desteñidos.

 

Quizás te hizo sentir feliz el disparate

tal como aconteció

y apenas eso buscabas en mi mundo.

Pero mi mundo

está lleno de gente como yo

que cree que en lo bueno esta la cura

y que en lo solidario, la respuesta.

 

Y que se puede hacer algo mejor

si acercamos las manos a aquel que nos las pide.

 

Esa es realidad en la que vivo.

Por si no lo sabías

te lo cuento

 

 

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Mira que yo soy simple como un perro,
    soy cínica de can, no de falsía;
    simple como me ves: soy perra niña.
    Me llego descarada hasta tu vera
    porque me hueles bien, a buena gente,
    te miro con dulzura y con descaro
    y quiero que me des el pan del día.
    Lo pido con la misma confianza
    que espero el aire, el sol, la lluvia fina
    chispeando mi lomo en callejones.
    Y tú lo entregas, simple, llanamente,
    sin nada a cambio más que yo me acerque
    y un movimiento alegre de mi rabo.
    Después me doy la vuelta y me retiro
    hasta mañana que otra vez lo mismo..
    Yo soy la perra que aduerme la loba
    que en mis entrañas ruge algunas veces.
    Rendí al amor mi parte de fiereza,
    ignoro mucho, ladro alegremente,
    me revuelco en los charcos de los parques,
    soy amiga de todo el que es mi amigo,
    y soy muy poca cosa, pero escucha,
    yo voy a regresar cada mañana
    a inclinar el hocico ante tu mano,
    y tú me acogerás, yo no lo dudo,
    aunque llegue algo sucia o cojitranca,
    y habrá otro instante mágico de seres
    distintos que se aúnan en los ojos.

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